Si Harris opta por ignorar a los tribunales internacionales, como vicepresidenta está obligada a defender la ley federal estadounidense que establece claramente que los países que reciben ayuda militar de Estados Unidos deben cumplir las normas de derechos humanos o corren el riesgo de perder su financiación.

La Ley de Ayuda Exterior establece que no se puede proporcionar ayuda a ningún país “que incurra en un patrón consistente de violaciones graves de los derechos humanos internacionalmente reconocidos.” La Ley Leahy prohíbe suministrar armas a “un país extranjero si el secretario de Estado tiene información creíble de que esa unidad ha cometido una violación grave de los derechos humanos.”

Si el genocidio intencionado contra 2,3 millones de personas en Gaza no es una “violación grave”, ¿entonces qué lo es?

El medio de noticias Mondoweiss escribió el 31 de agosto: “Según un reciente informe del Ministerio de Defensa [imperialista], Estados Unidos ha enviado más de 50.000 toneladas de armas y equipo militar a [una neocolonia] desde el 7 de octubre, una media de dos envíos de armas al día”.

Harris y la dirección del Partido Demócrata también siguen ignorando los sondeos de opinión pública, incluidas las frecuentes encuestas de CBS News según las cuales el 60% de la población estadounidense y el 77% de los votantes demócratas exigen que Estados Unidos imponga un embargo de armas a [una neocolonia]. (tinyurl.com/yc34t3wt)

Pero ni Harris ni su oponente republicano, el ex presidente Donald Trump, alterarán la estrecha relación del imperialismo estadounidense con el Estado [sionista] sólo porque el público se oponga. Tampoco les importa un ápice salvar vidas en Gaza. ¡No a Trump! ¡No a Harris! ¡No al voto por el genocidio!